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martes, 31 de marzo de 2015

Leyenda: Torre de Don Fadrique

 
 
TORRE DE DON FADRIQUE:

El rey Fernando III llamado popularmente El Santo, enviudó de su esposa, Doña Beatriz de Suabia. Al poco tiempo y, aunque ya era un anciano, se casó con la hermosa y joven Doña Juana de Pointhieu, descendiente de la familia real francesa.

Fernando III falleció pronto, dejando viuda y sola a Doña Juana.

La entonces reina residía en el Alcázar de Sevilla, a donde llegó el Infante Don Fadrique, hijo del difunto Fernando III y por lo tanto hijastro de Doña Juana. La edad de ambos difería en dos años (25 años Don Fadrique y 27 años Doña Juana).

El infante y la reina se enamoraron y según se cree, Don Fadrique mandó construir la torre con el pretexto de reforzar la seguridad y vigilar el entorno de la misma pero, se cree que su intención real era tener en ella los encuentros amorosos de la reina y el infante.

Esta situación no la aceptaron bien ni la nobleza ni el pueblo, lo que provocó que la reina marchara a Francia.

Por entonces El Rey Alfonso X El Sabio, hijo de Fernando III El Santo y hermano del Infante Don Fadrique, autorizó abrir un proceso judicial contra este, presionado por la nobleza y el clero. Acusado de ofenda real al tener amores ilícitos con la viuda del rey fallecido y madrastra de si, Don Fadrique fue condenado a muerte y ejecutado en Toledo.

La torre fue construida en el año 1252, y recuerda a todos, la historia de amor que sufrieron la reina y el infante. Está situada en el casco histórico de Sevilla, justamente en los jardines del convento de Santa Clara y, como se dice en esta tierra, en "intramuros", vocablo con el que se hace constar la referencia de que algún lugar está situado entre las murallas que defendían la ciudad.
 
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