COLUMNAS DE LA CALLE MÁRMOLES:
Uno de los escasos vestigios que subsisten de la antigua Colonia Iulia Romula en Sevilla, llamada entonces Hispalis, son las columnas de la calle Mármoles, de unos 15 metros de altura cada una, se suponen que son restos de un templo que existió en este mismo lugar, este templo recibe actualmente el sobrenombre de "Templo de la Calle Mármoles" y es el mayor vestigio romano que existe actualmente en la ciudad, aunque algunos especialistas matizan que la verdadera función del edificio no puede señalarse con exactitud, quizá un pórtico del siglo II a.C. o algún edifício público de grandes dimensiones.
Eran seis, sólo tres quedan, dos de ellas se trasladaron a la Alameda de Hércules, se colocaron allí por orden del Asistente de la Ciudad, Don Francisco Zapata Cisneros, Conde de Barajas, en 1578, fueron base para las esculturas de Julio Cesar y Hércules (fundadores de Sevilla), realizadas por Diego de Pesquera, la sexta se rompió en un traslado que hizo el rey Don Pedro I, que se encaprichó en tener una en sus propiedades y ordenó que esta columna fuese trasladada al Alcázar de Sevilla que, por entonces era su residencia, en el traslado cayó y se partió en la Calle Borceguinería, actual Mateos Gago..
Uno de los escasos vestigios que subsisten de la antigua Colonia Iulia Romula en Sevilla, llamada entonces Hispalis, son las columnas de la calle Mármoles, de unos 15 metros de altura cada una, se suponen que son restos de un templo que existió en este mismo lugar, este templo recibe actualmente el sobrenombre de "Templo de la Calle Mármoles" y es el mayor vestigio romano que existe actualmente en la ciudad, aunque algunos especialistas matizan que la verdadera función del edificio no puede señalarse con exactitud, quizá un pórtico del siglo II a.C. o algún edifício público de grandes dimensiones.
Eran seis, sólo tres quedan, dos de ellas se trasladaron a la Alameda de Hércules, se colocaron allí por orden del Asistente de la Ciudad, Don Francisco Zapata Cisneros, Conde de Barajas, en 1578, fueron base para las esculturas de Julio Cesar y Hércules (fundadores de Sevilla), realizadas por Diego de Pesquera, la sexta se rompió en un traslado que hizo el rey Don Pedro I, que se encaprichó en tener una en sus propiedades y ordenó que esta columna fuese trasladada al Alcázar de Sevilla que, por entonces era su residencia, en el traslado cayó y se partió en la Calle Borceguinería, actual Mateos Gago..