HOSPITAL DE LOS VENERABLES:
El Hospital de los Venerables, en pleno barrio de Santa Cruz, fue una de las numerosas fundaciones hospitalarias que surgen en Sevilla a raíz de las epidemias de peste de 1649. Se trata de una institución destinada al cuidado de los sacerdotes de avanzada edad y enfermos y en cuyo edificio intervienen arquitectos de primer orden del momento como son Juan Domínguez o el propio Leonardo de Figueroa.
El edificio se configura entorno a un gran patio central y dos menores. El central sigue esquemas muy clásicos y tiene como elemento más característico una fuente rehundida en el suelo y rodeada por una gradería circular. Alrededor del patio se encuentran en la planta baja la Enfermería, la escalera noble (con una falsa cúpula de yeso y estuco), la Iglesia y los patios de cocina, comedor y estancias de los enfermeros. En la planta alta la magnífica biblioteca. La iglesia, conocida como capilla de San Pedro y san Fernando (el primero por ser el primer sacerdote de la Iglesia, al igual que las personas que habitaban el Hospital y el segundo por ser elevado a los altares en las mismas fechas en las que se consagra el templo), sigue los esquemas tradicionales tridentinos siendo de una sola nave. El sentido barroco le viene dado por las pinturas murales, obra culmen de Valdés Leal y de su hijo Lucas Valdés. La Exaltación de la Cruz en la sacristía, es una de las pinturas más afortunadas de la producción del primero, mientras que la Última Cena del hijo preside un retablo mayor reformado en el siglo XIX. La fachada, muy sencilla, sigue el recurrente esquema de ladrillo avitolado de Figueroa.
En la actualidad el Hospital de los Venerables es la sede de la Fundación Focus Abengoa, que utiliza las dependencias hospitalarias como sala de exposiciones y la iglesia como sala de conferencias y conciertos, aprovechando el magnífico órgano que se conserva en la Iglesia.
El Hospital de los Venerables, en pleno barrio de Santa Cruz, fue una de las numerosas fundaciones hospitalarias que surgen en Sevilla a raíz de las epidemias de peste de 1649. Se trata de una institución destinada al cuidado de los sacerdotes de avanzada edad y enfermos y en cuyo edificio intervienen arquitectos de primer orden del momento como son Juan Domínguez o el propio Leonardo de Figueroa.
El edificio se configura entorno a un gran patio central y dos menores. El central sigue esquemas muy clásicos y tiene como elemento más característico una fuente rehundida en el suelo y rodeada por una gradería circular. Alrededor del patio se encuentran en la planta baja la Enfermería, la escalera noble (con una falsa cúpula de yeso y estuco), la Iglesia y los patios de cocina, comedor y estancias de los enfermeros. En la planta alta la magnífica biblioteca. La iglesia, conocida como capilla de San Pedro y san Fernando (el primero por ser el primer sacerdote de la Iglesia, al igual que las personas que habitaban el Hospital y el segundo por ser elevado a los altares en las mismas fechas en las que se consagra el templo), sigue los esquemas tradicionales tridentinos siendo de una sola nave. El sentido barroco le viene dado por las pinturas murales, obra culmen de Valdés Leal y de su hijo Lucas Valdés. La Exaltación de la Cruz en la sacristía, es una de las pinturas más afortunadas de la producción del primero, mientras que la Última Cena del hijo preside un retablo mayor reformado en el siglo XIX. La fachada, muy sencilla, sigue el recurrente esquema de ladrillo avitolado de Figueroa.
En la actualidad el Hospital de los Venerables es la sede de la Fundación Focus Abengoa, que utiliza las dependencias hospitalarias como sala de exposiciones y la iglesia como sala de conferencias y conciertos, aprovechando el magnífico órgano que se conserva en la Iglesia.
