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lunes, 30 de marzo de 2015

Monumentos de Sevilla: Caños de Carmona

 
 
CAÑOS DE CARMONA:

Restos probablemente de origen romano, fueron rehechos prácticamente por completo en época almohade en el año 1172, inauguradas por el califa Abu Yacub Yusuf.

Nos hallamos ante la típica obra almohade de ladrillo. Se emplearon para su construcción como único material el ladrillo, constaba de aproximadamente 400 arcos sobre pilares en la zona que estaba a la vista de todos, en algunos lugares con un cuerpo superior también de arcadas.que combina arcos muy rebajados de medio punto con otros de radio menor, entrecruzados. Dependiendo del desnivel, los arcos pueden disponerse en más de una hilada, creando diversas alturas en las que se alojaban dos canalizaciones. Todavía a fines del siglo XIX este acueducto estaba en funcionamiento, transportando al día más de cinco mil metros cúbicos de agua con los que se abastecían, de un lado, el Alcázar y, de otro, el principal depósito de la ciudad. Fue por tanto ya a comienzos del siglo XX cuando un acuerdo municipal condujo a la demolición de los Caños de Carmona, quedando en pie únicamente tres pequeños tramos, de escasa longitud.
El más distante al centro de la ciudad está delante de los bloques de pisos de la calle Cigüeña en la Barriada de los Pajaritos, detrás de la Venta de Ranilla.
 
El segundo tramo se encuentra casi al comienzo de la calle de Luis Montoto, antes llamada Oriente y antes de la conquista de la ciudad (año 1248), nombrada Calzada de los Caños de Carmona, pues siguiendo el mismo trazado, desde la Puerta de Carmona, corría la antigua calzada romana que unía esta ciudad con Córdoba para seguir luego atravesando España y la arcada del referido acueducto, por el que llegaba a Sevilla el más importante suministro de agua potable de entonces. Este tramo ha sido restaurado recientemente, para evitar anclajes en los laterales del acueducto se ha optado por colocar una viga de acero que le da estabilidad y evita que siga inclinándose (se ve perfectamente cómo se estaba desviando hacia uno de los lados). También se han reforzado los cimientos del monumento para evitar precisamente que siga hundiéndose.
 
El tercero y último estuvo durante años cubierto bajo el puente que, levantado a comienzos del XX, permitía el paso de los trenes procedentes de Madrid y con destino Cádiz, sin interrumpir el tráfico humano y rodado por la citada calle de Luis Montoto, desde siempre la vía de acceso a Sevilla de mayor afluencia. Las sucesivas ampliaciones de la ciudad por este su costado oriental y los nuevos trazados ferroviarios conllevaron la demolición del puente, permitiendo que tales restos quedasen de nuevo al descubierto. Restos que formaban parte de la llamada Alcantarilla de las Madejas, donde adosado al mismo acueducto, desde no se sabe cuándo, había un puentecito que permitía salvar el cauce del arroyo Tagarete que entonces discurría por ahí. Este tramo de la arcada contenía una escultura de una Virgen, conocida como “la de las Madejas”, ubicada en una hornacina y protegida por una espesa tela metálica, fue robada sacrílegamente al poco tiempo de ser descubierta, de lo que da fe don Julio Domínguez Arjona. Para perpetuar el recuerdo de esta Imagen, la Hermandad de San Roque donó un azulejo representándola.
 
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