DIPUTACIÓN DE SEVILLA
(ANTIGUO CUARTEL DE CABALLERÍA LLAMADO DE LA CARNE DE SEVILLA):
Este edificio, que fuera cuartel de Ingenieros -y, finalmente, cuartel de Intendencia, levantado a finales del siglo XVIII se encontraba desocupado desde hacía varios años, cuando en 1993 lo adquiere la Diputación. Se iniciaron las obras de adaptación del viejo cuartel, y se levantaron dos edificios de nueva planta en lo que fue patio de cocheras del acuartelamiento. Fue, precisamente, en este espacio donde se encontró una necrópolis judía de la Edad Media, junto con restos que atestiguaban la ocupación del lugar ya en época romana.. Sobre la excavación arqueológica que se llevó a cabo, la Diputación editó un libro que llevaba por título De la Muerte en Sefarad , obra de varios autores, coordinados por Isabel Santana.
El proyecto de la nueva sede se encargó a los arquitectos Antonio Ortiz y Antonio Cruz; finalizadas las obras en 1994, ese mismo año se efectuó el cambio de sede, y se centralizaron en ella todos los servicios de la Diputación. Los servicios administrativos ocuparon el edificio del antiguo cuartel, renombrado como edificio A, y uno de los edificios de nueva planta -el llamado edificio B. El tercero de ellos -el edificio C-, no tenía ese carácter administrativo, sino más bien político por cuanto acogía los despachos de los distintos grupos políticos y la sala de Plenos. También la Presidencia de la Corporación se ubicó en él.
Razones de su importancia:
El edificio es el primero y único en Sevilla destinado al alojamiento de tropas desde mediados del siglo XVIII.
Muestra del prototipo de los modelos de cuarteles que imperan en España a lo largo de gran parte de los siglos XVIII y XIX.
Asimismo es una de las primeras obras de las levantadas en Sevilla dentro de la estética tardo-academicista y/o del entonces incipiente Neoclasicismo.
Desde la creación de los Ejércitos permanentes con motivo del advenimiento a España de la Casa de Borbón, se construyen edificios exclusivamente para servir de acuartelamiento de tropas. Dentro de esta línea se levantó el Cuartel llamado de La Carne.
Proceso de construcción:
La petición fue formulada al Rey por el Intendente de Andalucía en 1783. El proyecto primitivo era mucho más completo. Aparte del Cuartel que nos ocupa contemplaba también la construcción de otro para las tropas de Infantería. El sitio elegido para levantar el nuevo Cuartel de Caballería, fue un espacio situado entre las Puertas de La Carne y la de Carmona, en un sitio ocupando terrenos municipales y por las llamadas Huertas Grande y Chica de Espantaperros. Estos terrenos se eligieron siguiendo una política de saneamiento de los aledaños a las puertas.
El lugar quedaba rodeado en gran parte por el Arroyo Tagarete. Las obras fueron comenzadas ese mismo año de 1785, siendo paralizadas al poco tiempo por llenarse los cimientos de agua , por lo que se decidió buscar otro emplazamiento. Finalmente en 1788 el sitio elegido para ubicar el nuevo edificio se situó a unos escasos cincuenta metros de las nombradas Huertas de Espantaperros, en el mismo de la Puerta de la Carne, de donde el Cuartel tomaría su nombre, un espacio que en los planos de la época se denominan Alturas de la Ciudad.
El terreno quedaba situado frente al matadero municipal, de donde tomaba su nombre la puerta, ya que por ésta se suministraba la carne a la ciudad y delante de la llamada Casa Rastro, edificio este último que en parte servía de anexo al matadero, sirviendo además de dependencias del escaso servicio de recogida de basuras y que desde 1773 se había instalado en la llamada Oficina del Rastro, la Real Compañía de San Carlos y San Felipe, factoría ésta dedicada a la fabricación de quincalla.
Este nuevo lugar había servido en época medieval de cementerio a la comunidad judía. El 29 de abril, el Rey aprobaba el proyecto definitivo. El edificio se terminó en 1792, ocupándose con dos Escuadrones del Real Cuerpo de Carabineros como representante de Arma de Caballería.
Descripción del Edificio:
Tiene puertas en los frentes del Poniente, que es la principal y de Levante. Un gran patio con una fuente en el centro con pilón para beber, por los cuatro frentes, caballerizas con pesebres y algunas habitaciones y sitio para cocina. Lo alto o segundo piso, son grandes Cuadras para habitar la tropa, y la techumbre son bóvedas que al descubierto forman espaciosas azoteas. Planta rectangular mide casi 100 metros en la fachada principal por 87 metros de fondo, siendo el patio de algo más de 60 metros de largo por casi 40 de fondo. Este patio queda rodeado en sus cuatro frentes por una arcada a manera de pórtico.
Las fachadas exteriores están concebidas de forma simétrica entre ellas. Presenta una sola entrada que comunica con el patio por el clásico túnel característico en los acuartelamientos españoles. Su decoración se limita a un recargamiento de mampostería actualmente pintado en almagro, que se repite en los demás huecos de la fachada, encima de ésta se sitúa un simple balcón. A ambos lados de la portada se abren unos airosos huecos de ventanas, rectangulares y cerradas con rejas en la planta baja, y de arcos rebajados en al alta.
El mismo esquema presenta la fachada posterior, mientras las laterales se diferencian porque en determinadas ventanas se sustituyen por óculos, al parecer producto de alguna reforma decimonónica. Todos los paramentos están coronados por una gran cornisa que sostiene un antepecho de mampostería rodeando la azotea de la cubierta superior ya nombrada por Félix González de León.
(ANTIGUO CUARTEL DE CABALLERÍA LLAMADO DE LA CARNE DE SEVILLA):
Este edificio, que fuera cuartel de Ingenieros -y, finalmente, cuartel de Intendencia, levantado a finales del siglo XVIII se encontraba desocupado desde hacía varios años, cuando en 1993 lo adquiere la Diputación. Se iniciaron las obras de adaptación del viejo cuartel, y se levantaron dos edificios de nueva planta en lo que fue patio de cocheras del acuartelamiento. Fue, precisamente, en este espacio donde se encontró una necrópolis judía de la Edad Media, junto con restos que atestiguaban la ocupación del lugar ya en época romana.. Sobre la excavación arqueológica que se llevó a cabo, la Diputación editó un libro que llevaba por título De la Muerte en Sefarad , obra de varios autores, coordinados por Isabel Santana.
El proyecto de la nueva sede se encargó a los arquitectos Antonio Ortiz y Antonio Cruz; finalizadas las obras en 1994, ese mismo año se efectuó el cambio de sede, y se centralizaron en ella todos los servicios de la Diputación. Los servicios administrativos ocuparon el edificio del antiguo cuartel, renombrado como edificio A, y uno de los edificios de nueva planta -el llamado edificio B. El tercero de ellos -el edificio C-, no tenía ese carácter administrativo, sino más bien político por cuanto acogía los despachos de los distintos grupos políticos y la sala de Plenos. También la Presidencia de la Corporación se ubicó en él.
Razones de su importancia:
El edificio es el primero y único en Sevilla destinado al alojamiento de tropas desde mediados del siglo XVIII.
Muestra del prototipo de los modelos de cuarteles que imperan en España a lo largo de gran parte de los siglos XVIII y XIX.
Asimismo es una de las primeras obras de las levantadas en Sevilla dentro de la estética tardo-academicista y/o del entonces incipiente Neoclasicismo.
Desde la creación de los Ejércitos permanentes con motivo del advenimiento a España de la Casa de Borbón, se construyen edificios exclusivamente para servir de acuartelamiento de tropas. Dentro de esta línea se levantó el Cuartel llamado de La Carne.
Proceso de construcción:
La petición fue formulada al Rey por el Intendente de Andalucía en 1783. El proyecto primitivo era mucho más completo. Aparte del Cuartel que nos ocupa contemplaba también la construcción de otro para las tropas de Infantería. El sitio elegido para levantar el nuevo Cuartel de Caballería, fue un espacio situado entre las Puertas de La Carne y la de Carmona, en un sitio ocupando terrenos municipales y por las llamadas Huertas Grande y Chica de Espantaperros. Estos terrenos se eligieron siguiendo una política de saneamiento de los aledaños a las puertas.
El lugar quedaba rodeado en gran parte por el Arroyo Tagarete. Las obras fueron comenzadas ese mismo año de 1785, siendo paralizadas al poco tiempo por llenarse los cimientos de agua , por lo que se decidió buscar otro emplazamiento. Finalmente en 1788 el sitio elegido para ubicar el nuevo edificio se situó a unos escasos cincuenta metros de las nombradas Huertas de Espantaperros, en el mismo de la Puerta de la Carne, de donde el Cuartel tomaría su nombre, un espacio que en los planos de la época se denominan Alturas de la Ciudad.
El terreno quedaba situado frente al matadero municipal, de donde tomaba su nombre la puerta, ya que por ésta se suministraba la carne a la ciudad y delante de la llamada Casa Rastro, edificio este último que en parte servía de anexo al matadero, sirviendo además de dependencias del escaso servicio de recogida de basuras y que desde 1773 se había instalado en la llamada Oficina del Rastro, la Real Compañía de San Carlos y San Felipe, factoría ésta dedicada a la fabricación de quincalla.
Este nuevo lugar había servido en época medieval de cementerio a la comunidad judía. El 29 de abril, el Rey aprobaba el proyecto definitivo. El edificio se terminó en 1792, ocupándose con dos Escuadrones del Real Cuerpo de Carabineros como representante de Arma de Caballería.
Descripción del Edificio:
Tiene puertas en los frentes del Poniente, que es la principal y de Levante. Un gran patio con una fuente en el centro con pilón para beber, por los cuatro frentes, caballerizas con pesebres y algunas habitaciones y sitio para cocina. Lo alto o segundo piso, son grandes Cuadras para habitar la tropa, y la techumbre son bóvedas que al descubierto forman espaciosas azoteas. Planta rectangular mide casi 100 metros en la fachada principal por 87 metros de fondo, siendo el patio de algo más de 60 metros de largo por casi 40 de fondo. Este patio queda rodeado en sus cuatro frentes por una arcada a manera de pórtico.
Las fachadas exteriores están concebidas de forma simétrica entre ellas. Presenta una sola entrada que comunica con el patio por el clásico túnel característico en los acuartelamientos españoles. Su decoración se limita a un recargamiento de mampostería actualmente pintado en almagro, que se repite en los demás huecos de la fachada, encima de ésta se sitúa un simple balcón. A ambos lados de la portada se abren unos airosos huecos de ventanas, rectangulares y cerradas con rejas en la planta baja, y de arcos rebajados en al alta.
El mismo esquema presenta la fachada posterior, mientras las laterales se diferencian porque en determinadas ventanas se sustituyen por óculos, al parecer producto de alguna reforma decimonónica. Todos los paramentos están coronados por una gran cornisa que sostiene un antepecho de mampostería rodeando la azotea de la cubierta superior ya nombrada por Félix González de León.