IGLESIA DE LA ANUNCIACIÓN:
Uno de los edificios más interesantes del Renacimiento en Sevilla es La iglesia de la Anunciación.
Fue la primera iglesia de la Compañía de Jesús, fundada en 1.565. En 1.767 fue expulsada esta Compañía de Sevilla dejando el convento abandonado durante algunos años hasta que en 1.771 se trasladó al edifico la Universidad de Sevilla.
Debido a ello, la iglesia del convento pasó a ser la capilla de la Universidad hasta que en 1956, se trasladó a la Real Fábrica de Tabacos. En la actualidad el convento es la sede de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla.
Los primeros proyectos del edificio los realizó el jesuita Bartolomé de Bustamante, si bien el arquitecto Hernán Ruiz II, Maestro Mayor de la Catedral, finalizó las obras, encuadradas dentro del estilo renacentista imperante en la época. La primera piedra fue colocada el 2 de septiembre de 1.565 por el obispo de Canarias, don Bartolomé de Torres. Las obras terminaron a principios de 1.579, consagrándose el 25 de marzo por el arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval.
En la fachada de la iglesia hay que destacar su portada. Está dividida en dos cuerpos, el inferior formado por un gran arco de medio punto y dos hornacinas laterales, y el superior, compuesto por tres hornacinas. En el centro aparece un relieve de la Virgen con el Niño realizado entre 1.565 y 1.576 por Juan Bautista Vázquez "el Viejo" y en los laterales, se sitúan dos esculturas del siglo XVIII que representan a San Rafael y a San José.
En la fachada de la Plaza de la Encarnación existe un retablo cerámico del Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes, realizado en 1.949 por Antonio Kierman.
La cúpula está decorada exteriormente mediante un revestimiento de azulejos, típica construcción Sevillana de alboaire. La linterna debió renovarse tras el terremoto de Lisboa de 1.755. Según el profesor. Teodoro Falcón, es muy probable que en su renovación interviniera el ingeniero del rey Don Sebastián Van der Borcht, que en 1.748 había realizado un informe avisando sobre la amenaza de ruina que afectaba a la bóveda del coro de esta iglesia.
La iglesia tiene planta de cruz latina con una única nave de gran anchura, coro a los pies y presbiterio alzado sobre cinco gradas. Se sostiene por medio de pilastras adosadas a los muros que generan unos grandes arcos fajones que sostienen las bóvedas.
Al fondo del presbiterio se levanta la capilla mayor cuyo retablo es obra del hermano jesuita Alonso de Matías, realizándolo entre 1.603 y 1.606 en madera de borne de Flandes. El dorado fue contratado en 1.605 con el pintor Gaspar Regis. Está compuesto por un banco de mármol, con losas de jaspe negro en los zócalos y pedestales, y un cuerpo arquitectónico de orden corintio dividido en tres calles y ático, encuadrando notables pinturas.
El gran lienzo del ático con el motivo de la Anunciación es obra de Antonio Mohedano de 1604. A ambos lados de aquel, los dos santos Juanes, pinturas que delatan los comienzos del naturalismo en la escuela Sevillana. Junto a estas pinturas se alzan dos esculturas de los santos Pedro y Pablo, de la escuela Sevillana de principios del XVII.
De Juan de Roelas es la tabla de la Circuncisión, situada en el cuerpo central, y el lienzo de la derecha con el tema de la Adoración de los Pastores, pinturas éstas de gran colorido y acertada composición. También son suyas la preciosa imagen del Niño Jesús, en la puerta del sagrario, y los Santos Juanes del ático. La obra en la izquierda del primer cuerpo, con el tema de la Epifanía, se atribuye a Gerolamo Lucente da Corregio.
En el zócalo del retablo y sobre pedestales salientes normalmente se ven dos extraordinarias esculturas de San Francisco de Borja y San Ignacio de Loyola, ambos jesuitas ilustres, imágenes de vestir cuyas cabezas y manos talló en 1610 y 1624 Juan Martínez Montañés y policromo Francisco Pacheco.
Concertado en 1610, su ejecución se realizó en dos etapas, la primera en fechas cercanas a su contratación y la segunda entre 1618 y 1620. Es uno de los retablos más representativos de Montañés en sus primeros tiempos y está emparentado con los que hizo por aquellos años para los Jerónimos de Santiponce.
En el lado del Evangelio se dispone un retablo formado por banco, dos cuerpos de tres calles y ático, en el que figuran veinte pinturas sobre tablas. La central es una Virgen de la Leche o de Belén atribuible a Marcelo Coffermans, maestro de Amberes de mediados del siglo XVI. Este retablo fue el antiguo de las reliquias, realizado a fines del siglo XVI, pero fue ampliado y reformado en el siglo XIX para colocarle las pinturas de diferente procedencia que exhibe.
El la cripta de la iglesia se encuentra el Panteón de Sevillanos ilustres, donde reposan los restos de: D. Gustavo Adolfo Bécquer, Ponce de León, Benito Arias Montano, Fernán Caballero, Rodrigo Caro, Alberto Lista y Valeriano Bécquer.
Si a esto se añaden el Retablo Mayor y las esculturas de la portada y del panteón, es fácil entender el alto contenido didáctico y artístico que posee esta iglesia, calificada como Bien de Interés Cultural en su categoría de Monumento en el año 1.931.
Uno de los edificios más interesantes del Renacimiento en Sevilla es La iglesia de la Anunciación.
Fue la primera iglesia de la Compañía de Jesús, fundada en 1.565. En 1.767 fue expulsada esta Compañía de Sevilla dejando el convento abandonado durante algunos años hasta que en 1.771 se trasladó al edifico la Universidad de Sevilla.
Debido a ello, la iglesia del convento pasó a ser la capilla de la Universidad hasta que en 1956, se trasladó a la Real Fábrica de Tabacos. En la actualidad el convento es la sede de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla.
Los primeros proyectos del edificio los realizó el jesuita Bartolomé de Bustamante, si bien el arquitecto Hernán Ruiz II, Maestro Mayor de la Catedral, finalizó las obras, encuadradas dentro del estilo renacentista imperante en la época. La primera piedra fue colocada el 2 de septiembre de 1.565 por el obispo de Canarias, don Bartolomé de Torres. Las obras terminaron a principios de 1.579, consagrándose el 25 de marzo por el arzobispo de Sevilla, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval.
En la fachada de la iglesia hay que destacar su portada. Está dividida en dos cuerpos, el inferior formado por un gran arco de medio punto y dos hornacinas laterales, y el superior, compuesto por tres hornacinas. En el centro aparece un relieve de la Virgen con el Niño realizado entre 1.565 y 1.576 por Juan Bautista Vázquez "el Viejo" y en los laterales, se sitúan dos esculturas del siglo XVIII que representan a San Rafael y a San José.
En la fachada de la Plaza de la Encarnación existe un retablo cerámico del Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes, realizado en 1.949 por Antonio Kierman.
La cúpula está decorada exteriormente mediante un revestimiento de azulejos, típica construcción Sevillana de alboaire. La linterna debió renovarse tras el terremoto de Lisboa de 1.755. Según el profesor. Teodoro Falcón, es muy probable que en su renovación interviniera el ingeniero del rey Don Sebastián Van der Borcht, que en 1.748 había realizado un informe avisando sobre la amenaza de ruina que afectaba a la bóveda del coro de esta iglesia.
La iglesia tiene planta de cruz latina con una única nave de gran anchura, coro a los pies y presbiterio alzado sobre cinco gradas. Se sostiene por medio de pilastras adosadas a los muros que generan unos grandes arcos fajones que sostienen las bóvedas.
Al fondo del presbiterio se levanta la capilla mayor cuyo retablo es obra del hermano jesuita Alonso de Matías, realizándolo entre 1.603 y 1.606 en madera de borne de Flandes. El dorado fue contratado en 1.605 con el pintor Gaspar Regis. Está compuesto por un banco de mármol, con losas de jaspe negro en los zócalos y pedestales, y un cuerpo arquitectónico de orden corintio dividido en tres calles y ático, encuadrando notables pinturas.
El gran lienzo del ático con el motivo de la Anunciación es obra de Antonio Mohedano de 1604. A ambos lados de aquel, los dos santos Juanes, pinturas que delatan los comienzos del naturalismo en la escuela Sevillana. Junto a estas pinturas se alzan dos esculturas de los santos Pedro y Pablo, de la escuela Sevillana de principios del XVII.
De Juan de Roelas es la tabla de la Circuncisión, situada en el cuerpo central, y el lienzo de la derecha con el tema de la Adoración de los Pastores, pinturas éstas de gran colorido y acertada composición. También son suyas la preciosa imagen del Niño Jesús, en la puerta del sagrario, y los Santos Juanes del ático. La obra en la izquierda del primer cuerpo, con el tema de la Epifanía, se atribuye a Gerolamo Lucente da Corregio.
En el zócalo del retablo y sobre pedestales salientes normalmente se ven dos extraordinarias esculturas de San Francisco de Borja y San Ignacio de Loyola, ambos jesuitas ilustres, imágenes de vestir cuyas cabezas y manos talló en 1610 y 1624 Juan Martínez Montañés y policromo Francisco Pacheco.
Concertado en 1610, su ejecución se realizó en dos etapas, la primera en fechas cercanas a su contratación y la segunda entre 1618 y 1620. Es uno de los retablos más representativos de Montañés en sus primeros tiempos y está emparentado con los que hizo por aquellos años para los Jerónimos de Santiponce.
En el lado del Evangelio se dispone un retablo formado por banco, dos cuerpos de tres calles y ático, en el que figuran veinte pinturas sobre tablas. La central es una Virgen de la Leche o de Belén atribuible a Marcelo Coffermans, maestro de Amberes de mediados del siglo XVI. Este retablo fue el antiguo de las reliquias, realizado a fines del siglo XVI, pero fue ampliado y reformado en el siglo XIX para colocarle las pinturas de diferente procedencia que exhibe.
El la cripta de la iglesia se encuentra el Panteón de Sevillanos ilustres, donde reposan los restos de: D. Gustavo Adolfo Bécquer, Ponce de León, Benito Arias Montano, Fernán Caballero, Rodrigo Caro, Alberto Lista y Valeriano Bécquer.
Si a esto se añaden el Retablo Mayor y las esculturas de la portada y del panteón, es fácil entender el alto contenido didáctico y artístico que posee esta iglesia, calificada como Bien de Interés Cultural en su categoría de Monumento en el año 1.931.