MONUMENTO A LA INMACULADA CONCEPCIÓN:
Los Sevillanos fueron siempre defensores y creyentes de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
En Sevilla se celebraba la fiesta por ello de manera espontánea y popular ya en el siglo XVII y en el año 1.854, el Papa Pío IX proclama el Dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Ante la llegada de la Exposición Iberoamericana a la ciudad (en 1.929) se crea un proyecto de reurbanización del barrio de Santa Cruz que incluye reformas en la Plaza del Triunfo que elabora el arquitecto Juan Talavera y Heredia en 1.917. En este proyecto se incluye la colocación del monumento a la Inmaculada Concepción.
Todas las figuras son realizadas por el escultor D. Lorenzo Coulleaut de Varela.
Realizado integramente en mármol de Carrara. En la parte superior destacando la figura de la Santísima, inspirada en la "Inmaculada de Murillo" que pintara para el Hospital de los Venerables de Sevilla.
En la parte inferior, en su pedestal, como homenaje y reconocimiento especial, el escultor esculpe las estatuas de cuatro personajes del siglo XVII: El poeta Miguel Cid, el escultor Juan Martínez Montañés, el pintor Bartolomé Esteban Murillo y el teólogo jesuita Sevillano Juan de Pineda, por la defensa y el valor deboto que tuvieron para defender el Dogma de María.
El monumento se inaugura el 8 de diciembre de 1.918.
En 1.927 jovenes estudiantes comienzan a tomar como costumbre cantarle la salve y ofrecerle flores a la imagen de la Virgen, en la madrugada de los 8 de diciembre de cada año. Esta costumbre en la actualidad consiste en que todas las tunas estudiantiles de Sevilla, van a la Plaza del Triunfo por la que desfilan, por orden de antigüedad, cantando sus canciones a los pies del monumento, lo que hace de esta noche una tradición especial que conlleva un atractivo más para los visitantes de nuestra ciudad.
Los Sevillanos fueron siempre defensores y creyentes de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
En Sevilla se celebraba la fiesta por ello de manera espontánea y popular ya en el siglo XVII y en el año 1.854, el Papa Pío IX proclama el Dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Ante la llegada de la Exposición Iberoamericana a la ciudad (en 1.929) se crea un proyecto de reurbanización del barrio de Santa Cruz que incluye reformas en la Plaza del Triunfo que elabora el arquitecto Juan Talavera y Heredia en 1.917. En este proyecto se incluye la colocación del monumento a la Inmaculada Concepción.
Todas las figuras son realizadas por el escultor D. Lorenzo Coulleaut de Varela.
Realizado integramente en mármol de Carrara. En la parte superior destacando la figura de la Santísima, inspirada en la "Inmaculada de Murillo" que pintara para el Hospital de los Venerables de Sevilla.
En la parte inferior, en su pedestal, como homenaje y reconocimiento especial, el escultor esculpe las estatuas de cuatro personajes del siglo XVII: El poeta Miguel Cid, el escultor Juan Martínez Montañés, el pintor Bartolomé Esteban Murillo y el teólogo jesuita Sevillano Juan de Pineda, por la defensa y el valor deboto que tuvieron para defender el Dogma de María.
El monumento se inaugura el 8 de diciembre de 1.918.
En 1.927 jovenes estudiantes comienzan a tomar como costumbre cantarle la salve y ofrecerle flores a la imagen de la Virgen, en la madrugada de los 8 de diciembre de cada año. Esta costumbre en la actualidad consiste en que todas las tunas estudiantiles de Sevilla, van a la Plaza del Triunfo por la que desfilan, por orden de antigüedad, cantando sus canciones a los pies del monumento, lo que hace de esta noche una tradición especial que conlleva un atractivo más para los visitantes de nuestra ciudad.