PALACIO ARZOBISPAL:
El Palacio Arzobispal es el edificio donde vivían los obispos y arzobispos de las sedes episcopales, militares y nobles. Actualmente es la residencia habitual de Su Eminencia, El Cardenal de Sevilla.
Se encuentra en la Plaza Virgen de los Reyes, al lado de la Giralda. Por esta plaza se tiene acceso a uno de los barrios más famosos de Sevilla, el Barrio de Santa Cruz.
En esta Plaza además, está ubicada la puerta de la Catedral por donde salen de las mismas las cofradías en Semana Santa, y también se encuentra el convento de la Encarnación de la orden de las monjas Agustinas, popularmente conocido como el convento de Santa Marta.
En 1.248, el Rey Fernando III , despues de reconquistar Sevilla, cede unas casas al Obispo de Segovia Don Remondo de Losana para que se pudiera ir a vivir a la ciudad y en el sitio de estas casas se construyó el Palacio.
El Palacio mandado levantar para Don Remondo, que fue el primer obispo de Sevilla, fue sufriendo modificaciones y ampliaciones a lo largo de los siglos, hasta que a mediados del siglo XVI, una de estas reformas lo deja con la estructura que conserva hoy en día.
Al traspasar el umbral del Palacio lo primero que se encuentra el visitante son dos patios de estilo manierista.
El Arzobispado tiene una extensión de 6.700 m² ocupando casi toda una manzana.
La portada es de estilo barroco, realizado por Lorenzo Fernández Iglesias y Diego Antonio Díaz, del siglo XVIII y está considerada una de las mejores del barroco sevillano. En ella cabe destacar los colores albero y sangre de toro con que está decorada, colores que acompañan muchos otros edificios emblemáticos de la ciudad.
Esta portada viene a culminar el proceso de remodelación que se había llevado a cabo durante las últimas décadas del siglo XVII, y se levanta bajo el patrocinio del arzobispo don Manuel Arias, por lo que su escudo campea sobre la clave del arco de entrada.
Del interior destaca su majestuosa escalera central realizada en mármoles de colores en un solo tiro y tres tramos que culminan en una amplia tribuna, levantada en el siglo XVII por Fray Antonio Ramos bajo el patrocinio del arzobispo Don Jaime Palafox. El hueco de la escalera se cubre con un casquete oval decorado con pinturas de Juan de Espinal realizadas hacia 1.775 durante el arzobispado de Don Francisco Javier Delgado y Venegas.
En los años de la Invasión Francesa, el palacio fue utilizado como sede de la Comandancia General del Ejército Francés y como residencia del Mariscal Soult y sus oficiales.
Años después fueron los Duques de Montpensier que estaban recién llegados a la ciudad, los que ocuparon sus estancias como vivienda ocasional mientras se realizaban las obras de acondicionamiento en el Palacio de San Telmo, que se convertiría en su residencia habitual.
El segundo patio posee una fuente del siglo XVI y, detrás de este patio, se encuentran las dependencias del Archivo General del Arzobispado y la biblioteca, que conserva toda la documentación eclesiástica de la archidiócesis hispalense, datando los más antiguos del siglo XIV. Los fondos de estos archivo están siendo reordenados y clasificados desde el año 1.972 bajo la supervisión de la Institución Colombina habiéndose catalogados aproximadamente más de 13.000 legajos, unos 300 pergaminos y cerca de 800 libros llegando a ocupar más de 2.500 metros lineales.
También son admirables el Salón Principal con su techo pintado al fresco con setentas lienzos exaltando a la Iglesia Católica, y el resto de salones.
El Palacio arzobispal tiene un importante patrimonio artístico compuesto por pinturas y esculturas del barroco sevillano, repartidas por el palacio y sólo, superada en Sevilla por el Museo de Bellas Artes y la Catedral, lo que convierte esta colección en la tercera pinacoteca de la ciudad.
Entre las obras más destacadas se pueden disfrutar de lienzos de Francisco de Herrera "el Viejo", Francisco Pacheco, Zurbarán y Murillo además de colecciones procedentes de las escuelas italiana y holandesa también de estilo barroco.
Estos fondos pictóricos fueron catalogados en 1.979 por Valdivieso y Serrera determinando que existen 296 pinturas, conteniendo obras que datan del siglo XVI al XX, aunque la mayoría de las obras están datadas entre los siglos XVII al XVIII.
El Palacio Arzobispal es el edificio donde vivían los obispos y arzobispos de las sedes episcopales, militares y nobles. Actualmente es la residencia habitual de Su Eminencia, El Cardenal de Sevilla.
Se encuentra en la Plaza Virgen de los Reyes, al lado de la Giralda. Por esta plaza se tiene acceso a uno de los barrios más famosos de Sevilla, el Barrio de Santa Cruz.
En esta Plaza además, está ubicada la puerta de la Catedral por donde salen de las mismas las cofradías en Semana Santa, y también se encuentra el convento de la Encarnación de la orden de las monjas Agustinas, popularmente conocido como el convento de Santa Marta.
En 1.248, el Rey Fernando III , despues de reconquistar Sevilla, cede unas casas al Obispo de Segovia Don Remondo de Losana para que se pudiera ir a vivir a la ciudad y en el sitio de estas casas se construyó el Palacio.
El Palacio mandado levantar para Don Remondo, que fue el primer obispo de Sevilla, fue sufriendo modificaciones y ampliaciones a lo largo de los siglos, hasta que a mediados del siglo XVI, una de estas reformas lo deja con la estructura que conserva hoy en día.
Al traspasar el umbral del Palacio lo primero que se encuentra el visitante son dos patios de estilo manierista.
El Arzobispado tiene una extensión de 6.700 m² ocupando casi toda una manzana.
La portada es de estilo barroco, realizado por Lorenzo Fernández Iglesias y Diego Antonio Díaz, del siglo XVIII y está considerada una de las mejores del barroco sevillano. En ella cabe destacar los colores albero y sangre de toro con que está decorada, colores que acompañan muchos otros edificios emblemáticos de la ciudad.
Esta portada viene a culminar el proceso de remodelación que se había llevado a cabo durante las últimas décadas del siglo XVII, y se levanta bajo el patrocinio del arzobispo don Manuel Arias, por lo que su escudo campea sobre la clave del arco de entrada.
Del interior destaca su majestuosa escalera central realizada en mármoles de colores en un solo tiro y tres tramos que culminan en una amplia tribuna, levantada en el siglo XVII por Fray Antonio Ramos bajo el patrocinio del arzobispo Don Jaime Palafox. El hueco de la escalera se cubre con un casquete oval decorado con pinturas de Juan de Espinal realizadas hacia 1.775 durante el arzobispado de Don Francisco Javier Delgado y Venegas.
En los años de la Invasión Francesa, el palacio fue utilizado como sede de la Comandancia General del Ejército Francés y como residencia del Mariscal Soult y sus oficiales.
Años después fueron los Duques de Montpensier que estaban recién llegados a la ciudad, los que ocuparon sus estancias como vivienda ocasional mientras se realizaban las obras de acondicionamiento en el Palacio de San Telmo, que se convertiría en su residencia habitual.
El segundo patio posee una fuente del siglo XVI y, detrás de este patio, se encuentran las dependencias del Archivo General del Arzobispado y la biblioteca, que conserva toda la documentación eclesiástica de la archidiócesis hispalense, datando los más antiguos del siglo XIV. Los fondos de estos archivo están siendo reordenados y clasificados desde el año 1.972 bajo la supervisión de la Institución Colombina habiéndose catalogados aproximadamente más de 13.000 legajos, unos 300 pergaminos y cerca de 800 libros llegando a ocupar más de 2.500 metros lineales.
También son admirables el Salón Principal con su techo pintado al fresco con setentas lienzos exaltando a la Iglesia Católica, y el resto de salones.
El Palacio arzobispal tiene un importante patrimonio artístico compuesto por pinturas y esculturas del barroco sevillano, repartidas por el palacio y sólo, superada en Sevilla por el Museo de Bellas Artes y la Catedral, lo que convierte esta colección en la tercera pinacoteca de la ciudad.
Entre las obras más destacadas se pueden disfrutar de lienzos de Francisco de Herrera "el Viejo", Francisco Pacheco, Zurbarán y Murillo además de colecciones procedentes de las escuelas italiana y holandesa también de estilo barroco.
Estos fondos pictóricos fueron catalogados en 1.979 por Valdivieso y Serrera determinando que existen 296 pinturas, conteniendo obras que datan del siglo XVI al XX, aunque la mayoría de las obras están datadas entre los siglos XVII al XVIII.