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lunes, 30 de marzo de 2015

Leyenda: El cuerpo de San Isidoro

 

 
EL CUERPO DE SAN ISIDORO:

En los tiempos en los que los reinos musulmanes estaban en constantes guerras con Castilla y León, subió al trono de Sevilla Almothadi a la muerte de su padre Abul Kasim Abbas.

Almothadi era muy sagaz y sensanto en lo que a política se refiere, lo que demostró entablando negociaciones con el Rey Fernando I.

Almothadi envió al rey de León Don Fernando I, ricos regalos para consolidar las buenas relaciones entre los reinos lo que, fue del agrado de la corte que, en aquellos momentos,le , la corte de León era pobre a causa de las guerras.

Fernando I pidió al monarca sevillano, si fuera posible recuperar, para la España cristiana, las reliquias de las Santas Justa y Rufina, y llevárselas para León.

Almotahdi accedió, pero aclarando que ignoraba donde estarían las reliquias. Don Fernando le comentó que posiblemente estarían en algún subsuelo de alguna iglesia visigoda de la capital sevillana. Entonces el Rey sevillano, Almothadi le dijo a Don Fernando que mandara a gente cristiana para que buscaran ellos mismos.

El rey mandó a Alvito, obispo de León, acompañado de caballeros y de monjes a Sevilla y estuvieron examinando iglesias y templos buscando las reliquias durante todo un año. Desalentados, cansados y desilusionados planificaron su a León.

Cuenta la leyenda que en el día en el que iban a volver a León, se le apareció en sueños al obispo, un hombre vestido con una túnica blanca y una mitra en la cabeza, diciendo que el era el obispo de Sevilla, San Isidoro, y que Dios le había dado el gozo de que encontrara sus restos y los enviara a León. Sorprendente lo siguiente que le dijo fue , que moriría en un plazo de tres días y que no podría terminar la misión. Por último la aparición le dijo donde podía encontrar su cuerpo.

A la mañana siguiente el obispo contó todo lo que le había sucedido y todos fueron al lugar que le habían dicho en sueños. Excavaron y encontraron una losa a poca profundidad y bajo ella un ataúd que, al abrirlo, vieron que contenía el cuerpo incorrupto de San Isidoro amortajado.

Mandaron hacer dos ataúdes de ricas maderas. En uno de ellos colocaron los restos de San Isidoro y en el otro el de D. Alvito, obispo de León que, como le dijo la aparición, murió a los tres días.

En la explanada interior de la puerta de la Macarena, el Rey Almotahdi despidió a los monjes y a los caballeros, y cuando pasó el ataúd de San Isidoro se arrodilló ante el, lo beso y dijo:
- Sevilla vale menos desde que tu no estas.
Una vez dicho esto, marchó hacia los Alcázares pensativo.

Lo que no se sabe es donde se halló el cuerpo de San Isidoro. Unos dicen que en Santiponce, otros que en la catedral, para otros en la Iglesia de San Vicente etc...

Sea como fuere el cuerpo de San Isidoro reposa hoy en día en la Catedral de León.
 
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