Loading...
martes, 31 de marzo de 2015

Leyenda: La Giralda

 
 
LA GIRALDA:

Respecto a esta leyenda hay muchos datos contradictorios. Se cree que la torre de la mezquita de Sevilla se terminó en 1198, en conmemoración de la batalla de Alarcos.

Otros creen que esa fue la fecha del comienzo de las obras, y otros creen que en la conmemoración de esta batalla solo se le pusieron cuatro bolas de acero gigantes, que poco después se caerían por un terremoto.

Al llegar los almohades a Sevilla en 1147, se encontraron con la mezquita de Ad Abbás, que hoy ocupa su lugar la iglesia colegial del Salvador, que era la mezquita mayor de la ciudad, y que resultaba ya insuficiente para todos los musulmanes que había. Por este motivo el emperador, Abd-El-Mumen ordenó que se construyera una nueva mezquita mayor. A tal efectos se adquirieron terrenos inmediatos al Alcázar situados fuera de las murallas, los terrenos fueron cercado por una muralla que incluía lo que es hoy la catedral, pero también el edificio de correos y la plaza del Cabildo. Edificada pues la gran Mezquita era necesario ponerle junto a su lado una torre de una magnitud proporcionada a la del templo. Se tuvo en consideración que el jefe religioso era de avanzada edad y no podría subir a una torre con escalones por lo que se sustituyeron por una rampa amplia para que este pudiera subir y bajar a caballo.

Para cimentar la grandiosa edificación se emplearon sillares de piedra de infinidad de palacios y templos visigóticos en ruinas. En esta época es cuando se desmanteló Itálica, y el palacio romano de la calle Mármoles. Una leyenda musulmana explica que para cimentar la Giralda y la Gran Mezquita, se hizo una colosal plataforma de cimentación que se extendía desde el Arenal, hasta la puerta de la carne. El terreno donde se ubica hoy día el patio de los Naranjos era una alcaicería que fue expropiada.

El arquitecto que diseño la Mezquita Sevillana fue Gerber, a quién se atribuye la invención del álgebra, palabra que deriva de su nombre, (al-gerber).

Pero la Giralda, en este caso, corresponde a dos arquitectos alarifes. El primero es Aben Baso, quien diseño la torre y dirigió la cimentación. Dedicándose Aben Baso a construir la Mezquita de Algeciras, dejo a cargo de la Giralda a Abu Bequer Ben Zohar, quién modificó la traza original y mandó al sobrino de Aben Baso, Alí Al-Gomarí, que labrase los cuatro frentes de la torre en ladrillo.

La altura inicial de la torre fue de ochenta metros y dos metros, más el minarete, el cupulín y las cuatro manzanas de bronce. Fue la envidia de todo el mundo árabe.

Se cuenta que cuando se iba a rendir Sevilla a San Fernando, los moros pusieron la condición de derribar la torre para no verla en manos de los cristianos, y Alfonso X el sabio dijo que por cada ladrillo que faltara el cortaba las mismas cabeza. Atemorizados respetaron a la torre.

En el 1393 un terremoto las esferas doradas, derrumbando el último cuerpo de la torre. Después de ocurrir esto se colocó una espadaña de una sola campana montada al aire.

Pero en el siglo XVI, enriquecida por el oro que llegaba de América, se consideró que la torre tenía que tener un cuerpo superior más lujoso y el cabildo catedralicio se lo encargó al arquitecto cordobés Fernán Ruiz. Este remate consta de las siguientes partes: cuerpo de campanas, cuerpo de Azucenas, cuerpo de estrellas, cuerpo de carambolas y un cupulín que soporta una bola donde se aposenta la veleta llamada Giraldillo, que representa la victoria de la fe de cristo, que fue fundida por Bartolome Morell y colocada el día 15 de agosto de 1568.
 
TOP