LA MUJER EMPAREDADA:
En 1868 vivía (cerca de la Parroquia de San Lorenzo), un obrero de la construcción que, era conocido por hacer todo tipo de trabajos sin importarle la hora, el momento o el lugar de la obra.
Una noche, un caballero le ofreció un trabajo singular por el que le pagaría muy bien pero, con la condición de que tenía que ir al lugar con los ojos tapados.
El obrero al principio se negó pero,el caballero le apuntó con una pistola y no tuvo más remedio que acceder. Montaron en un coche de caballos y durante varias horas estuvieron caminando, hasta que se detuvieron en una casa. Una vez dentro, le quitaron la venda y vió a una mujer atada en una silla e inconsciente. El caballero le explicó que el trabajo consistía en levantar un tabique tapando la alacena donde se encontraba la mujer. En ese instante, sonó una campanada de un reloj de la calle, no sabiendo, si eran los cuartos o era la una.
Una vez realizado el trabajo, le volvieron a tapar los ojos y, mientras lo llevaban al coche, pudo oír de nuevo otra campanada del reloj, con lo que supo que era la una y cuarto. Cuando le dejaron en su casa, el obrero, corrió a la policía a contar los hechos pues quería localizar a la mujer antes de que falleciese.
Despues de relatar varias veces los hechos, la policía comprendió que la casa estaba en el barrio de San Lorenzo, puesto que era el único lugar donde sonaban los cuartos a esa hora, y le explicaron que en verdad, le habían tenido dando vueltas durante varias horas, para creer que estaba más lejos. Descubierto este dato, no tardaron en dar con la casa del asesino, pues no había muchas por la zona que tuviesen sótano.
La mujer fue salvada y gracias a la descripción que dió a la policía, el caballero fue detenido.
En 1868 vivía (cerca de la Parroquia de San Lorenzo), un obrero de la construcción que, era conocido por hacer todo tipo de trabajos sin importarle la hora, el momento o el lugar de la obra.
Una noche, un caballero le ofreció un trabajo singular por el que le pagaría muy bien pero, con la condición de que tenía que ir al lugar con los ojos tapados.
El obrero al principio se negó pero,el caballero le apuntó con una pistola y no tuvo más remedio que acceder. Montaron en un coche de caballos y durante varias horas estuvieron caminando, hasta que se detuvieron en una casa. Una vez dentro, le quitaron la venda y vió a una mujer atada en una silla e inconsciente. El caballero le explicó que el trabajo consistía en levantar un tabique tapando la alacena donde se encontraba la mujer. En ese instante, sonó una campanada de un reloj de la calle, no sabiendo, si eran los cuartos o era la una.
Una vez realizado el trabajo, le volvieron a tapar los ojos y, mientras lo llevaban al coche, pudo oír de nuevo otra campanada del reloj, con lo que supo que era la una y cuarto. Cuando le dejaron en su casa, el obrero, corrió a la policía a contar los hechos pues quería localizar a la mujer antes de que falleciese.
Despues de relatar varias veces los hechos, la policía comprendió que la casa estaba en el barrio de San Lorenzo, puesto que era el único lugar donde sonaban los cuartos a esa hora, y le explicaron que en verdad, le habían tenido dando vueltas durante varias horas, para creer que estaba más lejos. Descubierto este dato, no tardaron en dar con la casa del asesino, pues no había muchas por la zona que tuviesen sótano.
La mujer fue salvada y gracias a la descripción que dió a la policía, el caballero fue detenido.
